Cartoon Network analiza el impacto de las redes sociales en la vida de los niños

Por el 13.12.11
¿Qué hacen los niños y los adolescentes en internet? ¿Qué opinan de las redes sociales y qué son para ellos? ¿De qué manera estos nuevos hábitos influyen en su desarrollo social y en su educación? Con la finalidad de conocer y entender el impacto de internet y de las redes sociales en la vida de los niños, adolescentes y adultos, Cartoon Network realizó estudios cualitativos y cuantitativos con personas de 6 a 49 años de NSE medio/medio alto en Brasil, Argentina, Colombia, México y Venezuela.

Internet es parte de la vida de esta generación que nació en un mundo virtual abierto y compartido: los niños de 6 a 11 años usan internet en promedio 2 horas por día, de 3 a 4 días por semana y los adolescentes de 12 a 17 años se conectan en promedio de 3 a 4 horas todos los días. Sus vidas online y offline se complementan, ellos no ven fronteras.

La serie de metodologías que Cartoon Network ejecutó para llevar a cabo esta investigación incluyó 3,750 encuestas en línea en toda la región, entre ellas 750 en México con personas de 6 a 49 años. Además se realizaron 16 entrevistas a profundidad con niños y adolescentes de 7 a 15 años y 4 entrevistas con especialistas en psicología, psicopedagogía, educación y tecnología para poder interpretar y entender los hábitos de los niños y adolescentes.

Para el 92% de los niños entre 6 y 11 años, el juego es la actividad número uno en internet. Los adolescentes también buscan diversión y entretenimiento en la red. La música y los videos son su primer interés además de socializar: comunicarse por chat, video chat, mensajes instantáneos y redes sociales es la actividad que más realizan en Internet. Para los adolescentes y jóvenes adultos entre 12 y 24 años, la socialización en línea aumenta y chatear es su principal actividad. Después de los 25 años, consultar y mandar e-mails se convierte en la prioridad. Internet representa también una fuente de información para todas las edades: los niños entre 6 y 11 años empiezan a buscar datos para la escuela y el 77% de los adolescentes entre 12 y 17 busca información para hacer sus tareas. Por último, los adolescentes compran en línea: el 35% de ellos está familiarizado con buscar información sobre artículos que les interesa y el 9% compra en línea.

88% de los niños y 95% de los adolescentes participan en alguna red social en América Latina. A pesar de la restricción de edad, que establece que se necesita tener mínimo 13 años para poder registrarse, México ocupa la segunda posición en porcentaje de usuarios de redes sociales en la región con un 82% después de Venezuela. Con la edad crece la importancia de las redes sociales y los adolescentes no conciben su vida sin ser miembros de las redes sociales. Su red social perfecta ofrecería muchos juegos divertidos, música, noticias de los famosos, un chat práctico, botones de “me gusta” y “no me gusta”, la posibilidad de crear grupos de amigos y la opción de recibir información ofertas y novedades de sus marcas favoritas. El estudio demostró que los niños y adolescentes buscan construir la misma imagen online y offline.

En las redes sociales hablan de lo que les ocurre en la escuela o con sus amigos pero tienen muy bien definido lo que no aceptan o no harían, como compartir sus problemas personales o hacer comentarios sobre la vida personal de otros. Los niños mexicanos consideran inaceptable lo que perturba la diversión y la convivencia en las redes y que de manera directa puede afectar su vida offline, como los insultos, las peleas, subir fotos desagradables. Además, el sentido de privacidad y seguridad de los niños y adolescentes está muy desarrollado en toda la región. Todos son muy conscientes de los riesgos que puede implicar internet y están muy atentos por las advertencias que han recibido por parte de sus papás y en la escuela.

Internet y los aparatos tecnológicos están cambiando sus hábitos de aprendizaje y educación. La memoria ya no es un atributo privilegiado, ya que los niños y adolescentes viven con la certidumbre de que la información siempre está disponible y de manera inmediata. Su panorama de opciones, temas y gustos, se abre y son más autónomos en la búsqueda de cualquier información. Con estos nuevos factores, están desarrollando la capacidad de síntesis y discriminación de lo relevante. Además, no sólo son receptores de la información disponible, sino generadores de contenidos: se informan, opinan, comparten, critican “no quieren ser invisibles”.