Niñas modernas ¿ser o tener?

Por el 9.6.15
La infancia es una etapa sumamente importante en la vida de todo ser humano. A temprana edad, se descubren y exploran los rincones de un nuevo planeta al que se nos ha traído. La dulce infancia tiene el poder para direccionar el resto de nuestras vidas, por eso es tan importante.

Los nenes aprenden de todo a su alrededor. Y allá afuera, en el mundo, se está suscitando un fenómeno que quizá siempre estuvo vigente y a penas cobra fuerza o son las nuevas generaciones las que lo están impulsando.


Hermosas Princesas

Sucede en las niñas de entre los 6 a 12 años ya quieren seducir, lucir hermosas, a la moda y bien maquilladas. Ellas ya no ven caricaturas, sin generalizar, hay nenas que ya quieren saltarse la infancia para convertirse en mujeres. Ellas ya no quieren muñecas, moños o dibujos animados. Algunas quieren celebrar su cumpleaños en Krisálidas Girls Spa (Colombia) o en Princelandia (España), con crema para cuidar su cutis, maquillaje, pasarelas, batas rosas y pepinos en los ojos. Sintiéndose princesas, viviendo en un universo de total fantasía, donde los sueños se hacen realidad.


Pero, esto de jugar a ser princesa ¿qué tan perjudicial puede resultar para una niña? Esto se les puede devenir en enfocar su atención a lo superficial, dejando de lado el enriquecimiento mental y emocional. Poniendo más cuidado en su aspecto físico y dando más valor a lo material, debido a que ahí encontraran la aceptación social. A la larga incluso, niñas de 10 años probablemente estén a dieta, para imitar la conducta o igualar el físico de modelos adultas o pop stars; adoptando tendencias que en muchos casos pueden ser dañinas para su salud.

Expertos atribuyen este fenómeno en las niñas pequeñas a los medios de comunicación, que se encargan darle difusión a estereotipos dañinos. Vendiéndoles cuentos de hadas, princesas y demás, sin embargo, mencionan que los padres también son parte fundamental de este acontecimiento.

Princesas de cuentos siempre han habido, el chiste es marcar un límite en las mentes de las niñas, decirles lo cierto entre lo que es fantasía o juego y lo que roza la incredulidad. Ellas deben saber que el “príncipe azul” es un cuento y nada más. Tienen que conocer el mundo tal cual es, sin sentirse las princesas de Mónaco. Sus pies nunca deben dejar de tocar la tierra. No convertir a un dulce angelito en una consentida, caprichosa, egoísta y arrogante mujer depende también de la educación de los padres.


La sociedad de consumo

A la mayoría de las pequeñas les gusta jugar con el maquillaje o los zapatos de tacón de su madre. Así que no es una cosa muy nueva este tema, no obstante en años recientes esto ha cobrado mayor fuerza gracias a la globalización y a la llamada sociedad de consumo. Término acuñado al tipo de sociedad que se caracteriza por el consumo masivo, el capitalismo y la industrialización de su entorno; gracias a la compra e incluso al abuso en la adquisición de bienes y servicios.

Todas esas revistas de moda, que si bien no todas son iguales, se caracterizan por ser vacías, llenas de estereotipos, personas modelándonos lo último en las tendencias de la temporada y sobre todo, llenas de anuncios publicitarios que buscan el dinero de nuestras carteras. Está bien, así es esto, pero ¿qué pasa cuando todo eso se transforma en aspiración de una pequeña de 6 años?

En el 2010, la famosa y prestigiada revista Vogue, París publicó fotos de niñas de entre 5 a 7 años vestidas como mujeres maduras, ataviadas de joyas y maquillaje. Sin duda un desafortunado suceso que le costó el cargo a la entonces directora de la revista, Carrine Ruatfelt. La publicación causó gran revuelo, pues las nenas Lea, Prune y Thylane salían en poses sensuales, en fotos sumamente fuera de lugar. Tiernos angelitos convertidos en mujeres fatales.


Pasarelas y Concursos de Belleza

La cámara alta del Parlamento Francés votó hace un par de años, a favor de una propuesta en la que se buscaba castigar a organizadores de concursos de belleza para menores de 16 años. A raíz de las polémicas fotos publicadas por Vogue, en las que la controversia surgió en todo el mundo, ya que algunos aseguraban que las fotos solo recreaban la fantasía de las niñas por lucir tan hermosas como sus madres.


Es súper conocido que en Estados Unidos, estos concursos son muy populares. Por supuesto es tema de debate, por un lado están los que piensan que es algo bastante sano fomentar los talentos de las nenas, resaltando su belleza y formarlas como verdaderas mujeres seguras de sí mismas y por el otro, están quienes piensan que esta actividad no es otra cosa que la proyección de las aspiraciones de las madres, que en su frustración por no haber logrado lo anhelado por ellas, utilizan a sus hijas para conseguirlo. Pero ¿quién tiene la razón?

Esto no solo se ve en las pequeñas niñas, sino también en los pequeños, aunque las nenas son una mayor constante. ¿Es bueno o es malo? Eso ya queda al criterio de cada persona. Lo cierto es que las nuevas generaciones están dando más valor a las cosas materiales y a los objetos, antes que a las buenas costumbres.


El impacto de las series animadas para niñas

Los tópicos principales de algunas series animadas para niñas son, la moda, el maquillaje y aventuras que involucren una vida llena de glamour, belleza, spa, fama, fortuna, etc. Pero esto no es algo reciente, tiene vida desde hace décadas. La pregunta es si este tipo de programación tiene algún efecto cognitivo en las pequeñas, si modifica de cierta manera lo que ellas piensan o sienten.

 No tiene nada de malo que jueguen a ser princesas o que sueñen con ser tan hermosas como ellas. No obstante, personalmente creo que las series para niñas, inspiradas en muñecas como Monster High, My Scene o Barbie, son un poco superficiales y fomentan el consumo masivo. Estos programas para niñas suelen ser atractivos, coloridos y por lo regular ellas pueden absorber ideas que en un futuro se conviertan en su manera de comportarse ante los demás. De hecho los shows para niñas son así en su mayoría.

Dichas series animadas muestran personajes obsesionados con su imagen personal. Tienen como aspiración primordial conquistar chicos guapos mientras lucen despampanantes, lo que crea estereotipos. Las niñas aprenden de lo que hay en su entorno, al igual que los niños. En nuestras manos está cuidar de su infancia.

“El problema de la niñez moderna radica en que se juega a tener y no a ser.” Jorge González Moore.


@Aldama9231