[Eriol T. Harlaown] Glitter Force: El día en que Saban y Toei se quedaron en el pasado

“La oportunidad: una ocasión favorable para idear una decepción.” Ambroce Bierce


Cuando nada se podía esperar de alguna novedad de parte de alguna distribuidora, cuando todas las novedades que llegaban desde Japón solo eran informaciones de remakes, el pasado día 22 de septiembre esta misma web lanzó una noticia que en menos de dos semanas revolvió todo el espectro informativo respecto a todo lo relacionado con animación. Saban Capital Group Inc. adquiría los derechos de la novena serie de la cronología de Pretty Cure, Smile Precure bajo el título “Glitter Force”.

Pero en lugar de generar sentimientos de alegría por esta adquisición, la sola presencia del nombre de la licenciataria compradora generó todo tipo de tormentas ante los posibles cortes que pudieran hacer presente en la serie. Y no es lo de menos, antecedentes sobran, pero solo basta mencionar la frase “Digimon Fusión” para hacer presente el mal recuerdo.

Según se detalla en la nota, esta versión constará de 40 episodios en lugar de los 48 exhibidos a través del canal japonés TV Asahi. Algo que permite abrir una gran gama de críticas originadas simplemente en la búsqueda de una “clara explicación” al recorte de episodios de una serie que en apariencia se ve como un shoujo exento de elementos que podrían resultar polémicos, como violencia u otras cosas de índole sexual que ameriten una censura basada en tijeras o reanimación. Sin embargo, se opta simplemente por eliminar inexplicablemente estos episodios.

Se que mucho se ha hablado en pasado respecto al tema de las censuras en las animaciones y que esta noticia vuelve a reflotar todos los casos vistos y analizados anteriormente por esta misma web por quien les escribe. Pero hay un punto que no me puede dejar indiferente: Saban, nuevamente actuando como un villano. No como un símbolo de maldad, sino como un individuo terco de su glorioso pasado marcado por emblemáticas producciones de la década de los ochenta.

La historia nos dice que Saban Entertaiment es una productora Americana-Israelí nacida en 1983 de la mano de Haim Saban y Shuki Levi. Con la experiencia adquirida en distribuidoras como ZIV International Inc, se embarcaron en medio de un ambiente marcado por el new wave de los ochenta para abrir su propio negocio y adquirir licencias para los Estados Unidos y tomar formatos provenientes del país del sol naciente, todas de las cuales me ha tocado ver tanto a fines de esa década como a principio de los noventa, claro está, desde la ingenuidad de un niño de 7 u 8 años de edad. 

Todo ese ambiente marcado por una televisión que realmente valoraba la inocencia y la entretención de a poco se fue dejando de lado para dar paso a nuevos formatos digitales de donde hoy en día no solo se puede ver lo que quiera o a la hora que quiera, sinó también conocer el gran secreto de las distribuidoras de las décadas pasadas: Los formatos originales de Japón, con todos los detalles omitidos ya sea principalmente porque los medios de entretenimiento no estaban listos para escenas que obedecían a algo políticamente incorrecto, o porque buscaban no querer involucrarse en problemas con regímenes ultraconservadores que reinaron principalmente en mi país durante la década de los ochenta e incluso en una parte de los noventa. Si hacemos uso de ese razonamiento, tal vez muchas de las animaciones que conocí ni siquiera se habrían atrevido a asomar por la pequeña pantalla, quizás con la excepción de Cobra, la cual fue puesta al aire por un error de los programadores del canal público TVN.

Ese es el escenario al cual muchos nos enfrentamos hasta la segunda mitad de los noventa, en donde esa inocencia se rompía con animaciones de la talla de Saint Seiya, Ranma ½ o Ghost Sweeper Mikami, animaciones que desde luego llegaron a romper con el esquema de lo inocente visto anteriormente. Desde luego, no es coincidencia que la época en donde Cloverway traía el material puro desde oriente a las pantallas de los canales (claro está con la pasada por los estudios de doblaje) haya sido la de menor auge de parte de algunas distribuidoras que vieron frustrados sus intentos de “americanizar” algunas de las más exitosas franquicias de animación de oriente o en otros casos, traer series de menor éxito en Japón y comercializarlas a través de algunos canales de televisión por cable.
Hoy ese pasado de miel ha desaparecido. Distribuidoras cada vez más reacias tanto a adquirir como a comercializar franquicias, otras que juegan dependiendo de una sola [aló Toei] y otras que optan por difundir las pocas series que llegan a un espacio limitado a través de los medios de streaming que han ganado terreno como una gran fuente de contenidos a una televisión que envejece a una tasa marginal creciente con cada año que pasa. Y el caso de Glitter Force, representa todo lo que se resume en este párrafo.

Desde su adquisición, ha recorrido todo un camino express para su llegada a Netflix: Un proceso tan veloz como peligroso por los resultados finales que se pueden esperar de una franquicia de un género igualmente popular en Japón como lo es el “Mahou Shoujo” y con un trabajo de doblaje “a toda máquina”. Desde luego, los resultados que se esperan de este proceso pueden terminar no siendo los más satisfactorios, lo que nos hace esperar de esto una antítesis de lo visto en series como Sailor Moon o Card Captor Sakura. Desde luego, ese trabajo balístico es lo que hace que tengamos cada vez menos esperanzas en ver un producto que pase con el test de calidad que si consiguieron lograr con creces las dos mencionadas series anteriores, tanto que lograron sentar precedente como alcanzar la inmortalidad con una fanaticada que las sigue hasta el día de hoy.

Pero no solamente Saban es el responsable de que esta franquicia amenace con terminar en un mamarracho de proporciones. Toei Animation International, esa distribuidora que pensando que haciendo de lado Cloverway haría cada vez mejores negocios en el continente, ha ido de una en otra chambonada desde que en 2006 distribuyó “4 Piece”. Esa parodia de 4 Kids a una de las franquicias doradas de la productora del gato con botas y que terminó tanto en la discontinuidad como en el rencor de los seguidores del pirata más querido por el mundo de la animación. 

Y la responsabilidad de Toei no es poca para este grupo de cinco chicas mágicas: Hace 5 años atrás cometió uno de los peores errores de logística nunca antes visto por parte de alguna distribuidora al entregarle la tarea a Televisa de realizar todo el trabajo detrás de la primera temporada de Pretty Cure, la que terminó con la serie siendo emitida en el trasnoche de uno de los canales del grupo (Galavisión) con la emisión de solo la mitad de la temporada doblada y puesta en el peor de los abandonos. Desde luego, no estamos considerando la serie de postergaciones que tuvo la serie que iba a ser emitida originalmente por el Canal 5 de México.

…y en el resto de Latinoamérica? Bien Gracias.

…y el resto de los episodios? Gracias nuevamente.

…y la segunda temporada? Bueno, conformémonos con verla en idioma español ibérico.

Para este caso, Toei terminó actuando como un auténtico Poncio Pilatos: Se terminó lavando las manos de esa responsabilidad asumida por Saban.

Con toda esta suma de nefasteces propia de la mediocridad de una compañía que asegura ser de las más importantes en animación del mundo no hay chances de nuevas esperanzas, salvo en algunas pocas franquicias que solo mantienen a flote a la compañía del gato solo por su prestigio a nivel mundial. Para las otras nuevas no demuestra el más mínimo interés o esfuerzo en entregar como resultado un producto que sea valorable comercialmente, sino solo vean el ejemplo de Toriko. Y aquí, “Precure”, como también se le conoce, nuevamente es víctima de ese desinterés que no hace más que cuestionar el profesionalismo de esta empresa que decepciona con cada año que pasa. 

Sin embargo, hay otros que también han demostrado que el tiempo y el orgullo aún continúan siendo cualidades latentes en cada uno. Ni Saban, ni Levy han evolucionado desde esa época ya contada acá, y es que para ellos la era de los Samurai Pizza Cats o Las Aventuras de la Pequeña Sirenita aún continua transcurriendo. En definitiva, lo que se espera que estrene Netflix en diciembre no va a ser una de las series de la franquicia “Precure”, sino otra cosa que busca ser forzadamente distinta: Glitter Force, una serie que cuenta la historia de “cinco chicas preadolescentes que formarán un legendario escuadrón de superheroínas y deberán defender la tierra de malvados villanos de cuentos de hadas”, como lo menciona uno de los managers de la compañía.

Nos vemos en otra ocasión.