[Eriol T. Harlaown] La CQ: Un Frankenstein Televisivo
Por
Roque A. Espinoza Bravo
el
1.2.14
Muchas veces la intención de las productoras al querer abarcar historias llevadas de la ficción a la realidad es reflejar sueños y aspiraciones de aquellos cuyo target intenta vender. Sin embargo, existen otras en donde se busca crear una historia que sencillamente se queda en lo abstracto, algo que no cuaja en nada con la realidad de un continente ni mucho menos la de una clase social en particular.
Sencillamente se queda como algo de lo cual un emblemático cantautor de mi país (Victor Jara) definiría como “Ni chicha ni limoná”. Un eslabón perdido entre la creatividad de los productores y la realidad que quedo convertido en cualquier cosa, menos en una serie. Esa creación incompleta y muy imperfecta que se reflejó en el legendario monstruo del cine “Frankenstein”, eso que nosotros hoy en día definimos con el nombre de “La CQ”.
Hoy en día no parece extraño que empresas como Televisa quieran ofrecer cualquier cosa con tal de distraer la atención de los niños antes que representar su realidad. Antes con Carrusel se logró una especial conexión con el televidente que llevó a reflejar realidades bastante incómodas para un establishment político y económico. Hoy de la mano conjunta con Cartoon Network y RCTV Studios, en 2012 nació este producto defectuoso de origen por muchas razones, que van desde la creación de un ambiente inexistente en cualquier rincón de este continente hasta actuaciones que muestran conductas incomprensibles para el sentido común del televidente medio, algo así como una competencia de quien de todos los personajes hace mejor el ridículo, algo peor que una competencia de payasos en un circo pobre.
De esto último, la presencia de este tipo de actos en dicha serie pareciera ser una constante. Los protagonistas de este universo alterno viven a diario una lucha por quien es el que pone la cara más estúpida del show o quien realiza el acto menos inteligente del día. No se sabe con que propósito se busca esto, aun cuando hemos visto desde infantes escenas en series consideradas hoy inmortales como “El Chavo” en donde era posible que una sola escena te sacara carcajadas hasta el anochecer.
¿Que tipo de humor busca entregar la CQ? Eso es algo que hasta el día de hoy, a un año y medio de su debut es todavía un misterio. Tal vez los protagonistas aún sigan buscando una explicación al por qué tienen que estar haciendo el ridículo en pantalla. No creo que sea tanta la desesperación de estos en tener dinero, porque al parecer el elenco tiene atisbos de provenir de una subcontratación.
Y respecto a esto último hay mucho que cuestionar: Estereotipos de personajes inexistentes en cualquier secundaria de nuestro continente y que solo existe en esa dimensión conocida como “Secundaria Constantino Quijano”. Algo ni siquiera visto en las secundarias mas gringas de los Estados Unidos.
Si hay algo que se ha criticado abiertamente a esta serie es su constante exacerbación al Bulling. Un fenómeno que en los últimos años ha sido objeto de preocupación de parte de las autoridades gubernamentales, producto que en varios casos se ha llegado incluso a resultados incluso fatales.
Sin embargo, tenemos en esta serie escenas en donde el bulling llega a ser visto como algo chistoso, como si se buscara su venta oculta a través de las pantallas de televisión. Esto se refleja en uno de los personajes de la serie (Roque, para mala suerte de quien escribe) quien actúa como el matón de la clase, molestando a los otros. Todos sabrán que esto es algo que ya se ha visto en un sin fin de series o historias, pero existe una diferencia: La Moraleja. Esa que te dice que todo daño que haces se te puede terminar devolviendo o en algunos casos, terminar con un simple acto de perdón. Aquí, tal parece que no se puede vislumbrar una conclusión a sacar respecto a los hechos.
Este tipo de escenas contradicen fehacientemente la campaña que ha estado impulsando Cartoon Network en todo el continente, buscando el freno al bulling en los colegios. La campaña “Basta de Bulling” parece en “La CQ” tener una excepción dentro de esta filosofía levantada por la administración del canal comandado por Pablo Zuccarino, dejando en clara evidencia el doble estándar de su administración en varios sentidos, algo ya explicado en mi ultima columna dedicada a él.
Toda producción televisiva busca ganar cierto crédito a su teleaudiencia a través de la sintonía o de posicionar una marca en el espectro colectivo de un público determinado. Sin embargo, “La CQ” no ha logrado un éxito significativo en el continente, limitándose solamente a su país de origen (México). Es mas, la serie en algunos países ha pasado completamente desapercibida entre ellos el mío (Chile), el cual ha sido testigo del éxito arrollador de “Violetta” de Disney.
Este escaso éxito se puede reflejar en primer lugar en la existente dependencia de Cartoon Network de sus producciones propias, entre la que se destaca “Hora de Aventura”, la que aparece como referencia en los folletos de oferta de los sistemas de cable como “La” gran serie representativa del canal. En ninguna parte aparece “La CQ” publicitada, ni siquiera por el mismo Pablo Zuccarino que en ningún momento la mencionó en sus entrevistas respecto a los veinte años del canal el año pasado.
Sin embargo, esa ceguera directiva de parte del mandamás de Cartoon Network tiene a todos los fans del canal en su contra. El solo hecho que una serie tenga relativo éxito en un solo país del continente no quiere decir que se tenga que alargar la franquicia tanto a una serie enfocada en un país con un gigantesco mercado (Brasil) como para una película. Esto lo único que hace es reflejar el hecho que el que gobierna el que alguna vez fue el canal de dibujos animados mas importante de EE.UU. y America Latina, no es Turner, sino Televisa: ¿Por qué creen que shows fuera del esquema tradicional del canal como El Chavo (Con el respeto que le tengo a Chespirito por su trayectoria), El Chapulin Colorado o El Chavo Animado se han visto por las pantallas del canal?
Además: ¿Cuál es el propósito que tiene Cartoon Network al gastar recursos en una serie que en parte solo funciona en un solo país? En realidad, si uno analiza fríamente las cosas, Televisa le vio la cara a Zuccarino. Porque al final, la primera se esta llevando todos los réditos económicos de la franquicia a costa de una señal panregional que se encarga tanto de cooproducirla como de difundirla, usando sus costos a favor del enriquecimiento del monstruo mexicano de las comunicaciones, quien termina por consolidar el producto a través de las pantallas de una de sus señales, a saber, el Canal 5 de México.
Para finalizar, cierro con una reflexión acorde con esta realidad. Con motivo del gran éxito de las telenovelas brasileñas “Avenida Brasil” y “La Guerrera”. El actor de doblaje Humberto Vélez (nuestro recordado Homero de Los Simpsons) dijo algo que resume la triste realidad que vive hoy en día la televisión mexicana, y tal vez, la de todo el continente. El dijo que la TV Mexicana no compra novelas brasileñas producidas por Globo porque los televidentes podrían darse cuenta de que diariamente los canales están dando basura.
Este duro diagnostico no solo puede ser aplicable a la oferta existente en Mexico. Hoy en día, en cada uno de nuestros países se vive la misma problemática con respecto a lo que nos ofrece la televisión de cada país. Algo que Roberto Nicolini (Uno de los grandes héroes de la televisión infantil en Chile) lo resume muy bien en su última entrevista a la televisión: “La tiranía del rating, fue la que mató la televisión infantil en Chile”.
Hoy en día tenemos televisoras cada vez más dependientes de lo que Time Ibope les busca decir, a través de sus cajitas de People Meter On Line. Mientras la televisión y sus ejecutivos sigan viviendo en su burbuja de mundo de fantasía, lamentablemente seguiremos viendo esperpentos como “La CQ” e incluso peores. Hoy en día los canales no respetan ni su nombre ni su historia, solo por buscar imitar su competencia bajo la falsa excusa de la creatividad. Ante este panorama ¿Qué realidad le espera a la programación infanto juvenil en nuestros días?
Les dejo esta pregunta planteada. Nos vemos en otra ocasión.
Sencillamente se queda como algo de lo cual un emblemático cantautor de mi país (Victor Jara) definiría como “Ni chicha ni limoná”. Un eslabón perdido entre la creatividad de los productores y la realidad que quedo convertido en cualquier cosa, menos en una serie. Esa creación incompleta y muy imperfecta que se reflejó en el legendario monstruo del cine “Frankenstein”, eso que nosotros hoy en día definimos con el nombre de “La CQ”.
Humor sin ninguna lógica
Hoy en día no parece extraño que empresas como Televisa quieran ofrecer cualquier cosa con tal de distraer la atención de los niños antes que representar su realidad. Antes con Carrusel se logró una especial conexión con el televidente que llevó a reflejar realidades bastante incómodas para un establishment político y económico. Hoy de la mano conjunta con Cartoon Network y RCTV Studios, en 2012 nació este producto defectuoso de origen por muchas razones, que van desde la creación de un ambiente inexistente en cualquier rincón de este continente hasta actuaciones que muestran conductas incomprensibles para el sentido común del televidente medio, algo así como una competencia de quien de todos los personajes hace mejor el ridículo, algo peor que una competencia de payasos en un circo pobre.
De esto último, la presencia de este tipo de actos en dicha serie pareciera ser una constante. Los protagonistas de este universo alterno viven a diario una lucha por quien es el que pone la cara más estúpida del show o quien realiza el acto menos inteligente del día. No se sabe con que propósito se busca esto, aun cuando hemos visto desde infantes escenas en series consideradas hoy inmortales como “El Chavo” en donde era posible que una sola escena te sacara carcajadas hasta el anochecer.
¿Que tipo de humor busca entregar la CQ? Eso es algo que hasta el día de hoy, a un año y medio de su debut es todavía un misterio. Tal vez los protagonistas aún sigan buscando una explicación al por qué tienen que estar haciendo el ridículo en pantalla. No creo que sea tanta la desesperación de estos en tener dinero, porque al parecer el elenco tiene atisbos de provenir de una subcontratación.
Y respecto a esto último hay mucho que cuestionar: Estereotipos de personajes inexistentes en cualquier secundaria de nuestro continente y que solo existe en esa dimensión conocida como “Secundaria Constantino Quijano”. Algo ni siquiera visto en las secundarias mas gringas de los Estados Unidos.
El Bulling
Si hay algo que se ha criticado abiertamente a esta serie es su constante exacerbación al Bulling. Un fenómeno que en los últimos años ha sido objeto de preocupación de parte de las autoridades gubernamentales, producto que en varios casos se ha llegado incluso a resultados incluso fatales.
Sin embargo, tenemos en esta serie escenas en donde el bulling llega a ser visto como algo chistoso, como si se buscara su venta oculta a través de las pantallas de televisión. Esto se refleja en uno de los personajes de la serie (Roque, para mala suerte de quien escribe) quien actúa como el matón de la clase, molestando a los otros. Todos sabrán que esto es algo que ya se ha visto en un sin fin de series o historias, pero existe una diferencia: La Moraleja. Esa que te dice que todo daño que haces se te puede terminar devolviendo o en algunos casos, terminar con un simple acto de perdón. Aquí, tal parece que no se puede vislumbrar una conclusión a sacar respecto a los hechos.
Este tipo de escenas contradicen fehacientemente la campaña que ha estado impulsando Cartoon Network en todo el continente, buscando el freno al bulling en los colegios. La campaña “Basta de Bulling” parece en “La CQ” tener una excepción dentro de esta filosofía levantada por la administración del canal comandado por Pablo Zuccarino, dejando en clara evidencia el doble estándar de su administración en varios sentidos, algo ya explicado en mi ultima columna dedicada a él.
Se Busca el Éxito
Toda producción televisiva busca ganar cierto crédito a su teleaudiencia a través de la sintonía o de posicionar una marca en el espectro colectivo de un público determinado. Sin embargo, “La CQ” no ha logrado un éxito significativo en el continente, limitándose solamente a su país de origen (México). Es mas, la serie en algunos países ha pasado completamente desapercibida entre ellos el mío (Chile), el cual ha sido testigo del éxito arrollador de “Violetta” de Disney.
Este escaso éxito se puede reflejar en primer lugar en la existente dependencia de Cartoon Network de sus producciones propias, entre la que se destaca “Hora de Aventura”, la que aparece como referencia en los folletos de oferta de los sistemas de cable como “La” gran serie representativa del canal. En ninguna parte aparece “La CQ” publicitada, ni siquiera por el mismo Pablo Zuccarino que en ningún momento la mencionó en sus entrevistas respecto a los veinte años del canal el año pasado.
Sin embargo, esa ceguera directiva de parte del mandamás de Cartoon Network tiene a todos los fans del canal en su contra. El solo hecho que una serie tenga relativo éxito en un solo país del continente no quiere decir que se tenga que alargar la franquicia tanto a una serie enfocada en un país con un gigantesco mercado (Brasil) como para una película. Esto lo único que hace es reflejar el hecho que el que gobierna el que alguna vez fue el canal de dibujos animados mas importante de EE.UU. y America Latina, no es Turner, sino Televisa: ¿Por qué creen que shows fuera del esquema tradicional del canal como El Chavo (Con el respeto que le tengo a Chespirito por su trayectoria), El Chapulin Colorado o El Chavo Animado se han visto por las pantallas del canal?
Además: ¿Cuál es el propósito que tiene Cartoon Network al gastar recursos en una serie que en parte solo funciona en un solo país? En realidad, si uno analiza fríamente las cosas, Televisa le vio la cara a Zuccarino. Porque al final, la primera se esta llevando todos los réditos económicos de la franquicia a costa de una señal panregional que se encarga tanto de cooproducirla como de difundirla, usando sus costos a favor del enriquecimiento del monstruo mexicano de las comunicaciones, quien termina por consolidar el producto a través de las pantallas de una de sus señales, a saber, el Canal 5 de México.
Para finalizar, cierro con una reflexión acorde con esta realidad. Con motivo del gran éxito de las telenovelas brasileñas “Avenida Brasil” y “La Guerrera”. El actor de doblaje Humberto Vélez (nuestro recordado Homero de Los Simpsons) dijo algo que resume la triste realidad que vive hoy en día la televisión mexicana, y tal vez, la de todo el continente. El dijo que la TV Mexicana no compra novelas brasileñas producidas por Globo porque los televidentes podrían darse cuenta de que diariamente los canales están dando basura.
Este duro diagnostico no solo puede ser aplicable a la oferta existente en Mexico. Hoy en día, en cada uno de nuestros países se vive la misma problemática con respecto a lo que nos ofrece la televisión de cada país. Algo que Roberto Nicolini (Uno de los grandes héroes de la televisión infantil en Chile) lo resume muy bien en su última entrevista a la televisión: “La tiranía del rating, fue la que mató la televisión infantil en Chile”.
Hoy en día tenemos televisoras cada vez más dependientes de lo que Time Ibope les busca decir, a través de sus cajitas de People Meter On Line. Mientras la televisión y sus ejecutivos sigan viviendo en su burbuja de mundo de fantasía, lamentablemente seguiremos viendo esperpentos como “La CQ” e incluso peores. Hoy en día los canales no respetan ni su nombre ni su historia, solo por buscar imitar su competencia bajo la falsa excusa de la creatividad. Ante este panorama ¿Qué realidad le espera a la programación infanto juvenil en nuestros días?
Les dejo esta pregunta planteada. Nos vemos en otra ocasión.