[Eriol T. Harlaown] Iwao Takamoto: Homenaje a la anónima vida de los animadores

Hablar de animación en los Estados Unidos es hablar de Walt Disney, la dupla de William Hanna y Joseph Barbera o diversos genios de la animación como Chuck Jones o Tex Avery. Sin embargo, hay otros genios que dentro de los estudios de animación se ponen el overol y trabajan afanosamente tal como obreros dentro de una construcción. Uno de ellos es un particular dibujante americano – japonés quien estuvo detrás de la creación de uno de los perros más célebres de la historia de la animación: Scooby Doo.

Aquellos que vimos las series antiguas de Hanna Barbera Studios cuando rara vez nos poníamos a ver los créditos finales de una serie nos encontrábamos con este particular nombre: Iwao Takamoto, un nombre japonés que era muy frecuente en los créditos de cierre de cada serie o animación de la mencionada productora, principalmente como diseñador de personajes o productor de diseño. Sin embargo su tarea ha ido más allá de eso, una labor que va desde trabajos notables en Disney hasta su etapa en donde se consolidó hasta su muerte hace diez años atrás, como uno de los creativos dentro del mencionado estudio HB.


Vida y Disney

Takamoto nació en Los Angeles, California en 1925, hijo de padres originarios de Hiroshima los que se instalaron en los Estados Unidos a principios del siglo XX. A veces las coincidencias pueden ser crueles cuando pensamos que esta ciudad fue blanco de uno de los ataques nucleares que forzaron la rendición del Imperio Japonés en la Segunda Guerra Mundial, algo de lo cual un joven Takamoto sintió dentro del territorio americano, luego que una gran cantidad de residentes japoneses en Norteamérica fueran internados en un campo de prisioneros ante la sospecha de la existencia de algunos espías imperiales dentro de la nación, cosa que se agravaría luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Sin embargo, dentro de este desagradable ambiente, un joven Iwao daba rienda suelta a su imaginación al plasmar en dibujo diversas ideas. Fue ahí donde nacía el animador.

Ya finalizada la guerra, Takamoto sería contratado por Walt Disney Production. Con un escaso portafolio de creaciones pero con una imaginación resumida en un croquis que él llamó “everything i saw”  se logró ganar la confianza de Disney quien lo contrató como asistente del legendario animador Milt Kahl, conocido en el estudio como uno de los “Nueve Hombres Viejos de Disney”. Bajo la tutela de Kahl trabajaría en la animación de las películas más emblemáticas del estudio en la década de los cincuenta. Películas como La Cenicienta, Peter Pan, La Dama y el Vagabundo, La Bella Durmiente y Ciento Un Dálmatas tienen los dibujos de Takamoto dentro del equipo de animación, en donde se le reconoce su extraordinaria habilidad para dibujar animales, algo de lo cual sería el principal sello de este artista. Tras quince años de trabajo, Iwao Takamoto decide cambiar de aire y partir de Disney rumbo a lo que sería su verdadera casa hasta su muerte. El estudio formado por los animadores William Hanna y Joseph Barbera una vez finalizada su etapa en MGM Studios.


Hanna Barbera y Scooby “Doobie” Doo

Luego de una década de grandes trabajos en Disney, Takamoto abandona el estudio para unirse a Hanna Barbera Studios, la casa en donde más se destacaría y hasta terminaría estableciendo amistad con “Bill” (Hanna) y “Joe” (Barbera). Y precisamente Iwao sería creador del “Gran Danés” más famoso de los dibujos animados.

En una entrevista concedida por el canal Cartoon Network, Iwao Takamoto se refirió a la creación de Scooby Doo en 1969, en la cual Joe Ruby y Ken Spears se encontraban buscando un animal para representar una nueva serie de misterios que Hanna Barbera se encontraba desarrollando para la cadena de televisión CBS. El diseño inspirado en un gran danés se debió a que una empleada del estudio de animación tenía como afición la crianza de perros de esa raza, razón por la cual Takamoto tomó la idea de emplear la imagen de un perro que acompañara a cuatro muchachos en la resolución de diversos misterios, con un carácter cobarde y bastante glotón.
Otra historia aparte es el nombre del personaje, el cual fue tomado de la parte final de la popular canción compuesta por Avo Uvezian y popularizada en ese entonces por Frank Sinatra, Strangers in the Night. La letra de la cola final de la canción rezaba “Doo-bee-doo-bee-doo, Doo-doo-dee-dah, dah-dah-dah-dah-dah” cuya transformación le otorgaría el nombre a Scooby “Doobie” Doo, uno de los perros más famosos de la industria de la animación en los Estados Unidos.

Pero no solo fue el perro de la “máquina del misterio” la única creación de Takamoto. Otra de las mascotas creadas bajo su mano fue Astro, la mascota de los Supersónicos, otra de las series emblemáticas del estudio HB. Sin embargo, también tuvo el talento creador para modelar personajes humanos, de esta manera nacía de su mano Penelope Pitstop (Penélope Glamour como la conocimos en Latinoamérica), una figura femenina presente en varias animaciones del estudio principalmente en la serie Wacky Races. También incursionó en la dirección de películas animadas, cuyo trabajo más recordado es Charlotte’s Web (la telaraña de Charlotte) de 1973.


Legado y Conclusión

Generalmente la vida que llevan los animadores es bastante anónima, tanto que muchos de los que vemos tanto una serie o película animada prefieren saltarse los créditos en donde aparece todo el staff. Hace casi dos años se discutió acerca de la vida que llevan los animadores y como la falta de incentivos y las malas condiciones laborales llevan a que estos desempeñen un trabajo lejos de lo óptimo, esto con referencia a los errores de animación de algunos títulos populares de Toei Animation. Imaginemos la situación hace cincuenta o sesenta años. A pesar de todo, el trabajo de los animadores de ese tiempo, sin la tecnología y solo haciendo uso de un lápiz y una paleta de colores, se dan en varios casos resultados sencillamente mágicos.

Hoy en día son muy pocos los llamados “Animadores de la vieja escuela” que sobreviven. La gran mayoría están retirados y otros dejaron de existir en varios casos de manera anónima. Cuando creces es natural buscar la historia de aquellos que están detrás de todas esas animaciones que viste cuando pequeño y vas descubriendo historias como esta. La de un animador cuya vida dedicada a la animación le fue retribuida con el Premio Winsor McCay en 1996 por toda una vida de logros.

El pasado 6 de enero se cumplieron diez años del fallecimiento de Iwao Takamoto cuya historia descubrimos en esta ocasión. Tengan la seguridad de que detrás de un animador hay quizás una gran historia detrás que habla más de los personajes que dibuja, crea o da vida. Hay historias magnificas de triunfo y superación que se dan en varios casos en particular, y quizás la mejor recreación se vio en el episodio número 21 de Sailor Moon: “En cada animador está el deseo de representar los sueños de los niños”.