[Eriol T. Harlaown] Cartoon Network: Diez años sin Jim Samples

Es hasta el día de hoy un cliché el decir que todo tiempo pasado fue mejor, algo que cobra más vigencia el día de hoy en tiempos complicados para la industria televisiva o del entretenimiento. Hay otros que no coinciden con esa idea la cual se respeta completamente porque hay productos que igualmente son buenos. La discusión puede ser infinita, pero ese no es el tema que nos convoca ahora.

La palabra “proceso” es algo presente en todas las organizaciones, pasando por las empresas, equipos deportivos, grupos académicos, en fin. Cuando existe un mecanismo claro con el fin de alcanzar objetivos y este se reitera con el tiempo con un método de trabajo que lleva a resultados más que esperables es porque el “proceso” ha sido exitoso. Sin embargo, hay momentos en donde ese “proceso” se corta y se cambia por otro. Una transformación que puede resultar incómoda para todo el equipo de trabajo y terminar cambiando el resultado e incluso llevar a la organización a un limbo donde solo queda la incertidumbre. Desde luego, todo lo dicho puede describir perfectamente lo vivido hace exactamente diez años atrás donde no solo se terminó con la salida de un alto ejecutivo del canal Cartoon Network, sino que también se terminó por cortar con un proceso exitoso desde los comienzos del canal con Betty Cohen al mando.

Para muchos el nombre de Jim Samples es sinónimo de los mejores tiempos del canal propiedad de Turner. Algunos lo asocian con la “Era City” caracterizada por la interacción de los personajes del canal en una ciudad y otros lo asocian principalmente con Toonami. Sin embargo, toda esa suma de detalles son la característica de este ejecutivo al mando del pionero en animación las veinticuatro horas del día, algo que podemos caracterizar perfectamente en la frase “diversificación de contenidos”, producto de la gran variedad de temáticas dentro de las animaciones que presentó Cartoon Network por casi quince años.

Nadie puede discutir el éxito de la fórmula de Samples. Una fórmula que mantuvo la base histórica de un canal desde su creación agregando nuevos tópicos como el anime y series animadas orientadas a un público un poco más maduro. En suma, crear un Cartoon Network diversificado en contenidos, abundante en alternativas de entretenimiento y a la vez continuador de la tarea de la dirección ejecutiva anterior. Podemos decir que Jim Samples respetó el “proceso” que vivió hasta ese entonces el canal iniciado en el año 1992 en los Estados Unidos con Cohen al mando.

Pero no todo puede ser color de rosa en una vida que es una verdadera montaña rusa. Algo sucedió que todo lo realizado hasta esa fecha terminó –no inmediatamente- para derivar años después en una crisis que llevó al canal no solo a escoltar a la supremacía Disney en Estados Unidos y Latinoamérica, sino que causar un gran vacío creativo tanto en la matriz como en la subsidiaria latina. Quien iba a pensar que algo relacionado con una de las series más políticamente incorrectas del canal sería la protagonista de un escándalo de proporciones en una ciudad mil millas al norte de la matriz. Algo que sin duda era un libreto perfecto para la serie Aqua Teen Hunger Force fue hecho realidad por un joven quién un 31 de enero de 2007 instaló un aparato con la forma de Ignignokt; un personaje que aparece al término de cada episodio levantando el dedo del medio. Desde luego, todo esto formaba parte de una campaña de marketing para promocionar la película basada en la serie y que recibía el curioso título de “Aqua Teen Hunger Force Colon Movie Film for Theaters”, pero para la prensa local del estado de Massachusetts fue algo de mal gusto que causó un gran escándalo.

Las consecuencias fueron directas: Jim Samples fué obligado a renunciar.

Tal vez, muchas cosas disfrazadas de simples bromas o hechos que terminan solo en algo curioso al final terminan solo en eso; en algo que permanece en el anecdotario de los noticieros o medios escritos tanto para una página dedicada a lo insólito y lo raro. Sin embargo, esta historia producida hace ya diez años atrás tuvo consecuencias que se sienten hasta el día de hoy principalmente para este canal de televisión que con el paso del tiempo se ha convertido en una marca de gran prestigio a nivel mundial.
Los efectos de lo sucedido el día 31 de enero de 2007 se sienten hasta el día de hoy en donde el canal si bien en Estados Unidos va recuperando poco a poco esa mística que tuvo hasta 2008, en América Latina aún vislumbra algunos defectos que si bien no se sienten en la audiencia del canal (como bien puede decirlo los ratings de los últimos tres años) han dejado a CN como un canal plano, con buenos shows, pero sin el “boom” propio de inicios de siglo. Este pragmatismo de parte de la dirección de Pablo Zuccarino no se compara desde luego a la tormentosa era de Stuart Snyder, caracterizada por experimentos que llevaron al canal a un estado de decadencia temporal solo con el fin de copiar a la competencia y con pésimos resultados.

En fin, no con menos problemas, Cartoon Network en los Estados Unidos ha estado retomando ese “proceso” mencionado al inicio que lo llevo a ser referente dentro de la industria televisiva. Una mística que se perdió a finales de la primera década del nuevo siglo y que ha permitido volver a levantarse desde sus cenizas de la mano de Christina Miller. Sin embargo, aún está la deuda en América Latina donde el universo CN es distinto y donde las esperanzas de cambio son remotas. ¿Podrá el atrevimiento y la innovación imponerse sobre el pragmatismo presente en nuestro continente? La respuesta se las dejo a ustedes.

Nos vemos en otra ocasión.