[Eriol T. Harlaown] Hans Christian Andersen con los ojos de la Animación Japonesa
Por
Roque A. Espinoza Bravo
el
13.9.14
"La vida de cada ser humano, es un cuento de hadas escrito por la mano del altísimo". Hans
Christian Andersen.
La creación de animaciones inspiradas en cuentos de hadas
ha sido desde siempre una obsesión por parte de los directores y estudios de
animación, principalmente porque desde la infancia, muchos han podido disfrutar
de aquellas historias ya sea leídas a través de
un libro o contadas por nuestros padres antes de dormir.
El caso de este mes tiene una potente relación entre ese
deseo de infancia por seguir descubriendo historias y la pasión con las que se
terminan transformando en animaciones para menores de edad, aunque, en muchos
casos, el final no siempre es lo mas feliz.
Fiel reflejo de ello fue el escritor de origen danés Hans Christian Andersen. Afamado autor
de un sin número de cuentos infantiles y quizás uno de los mas importantes
creadores del género junto con los Hermanos Grimm. Sus historias cargadas de
fantasía y emotividad han sido una fuente de inspiración para múltiples
directores y productores de animación, los cuales han plasmado al dibujo
animado las historias literarias del célebre escritor europeo. Sin embargo, nos
enfocaremos a como el animé fue el medio para exhibir las historias de este
célebre escritor.
Dos Hadas
Cuentan la Historia del Día.
Esta fue la serie que me movió a redactar esta columna. Y
es que siendo pequeño pude ver esta serie de Lunes a Viernes por las tardes despues
del colegio. La serie a la que nos referimos es Andersen Monogatari, producida por el estudio Mushi Productions de 1971.
La serie estuvo compuesta de 52 episodios, los que fueron
exhibidos en el contenedor infantil “Calpis
Comic Theater” de Fuji TV (Una
especie de antecesor de lo que sería el “World
Masterpiece Theater” del mismo canal). La peculiaridad de esta serie es que era contada por
dos hadas que hacían su aparición en el inicio, intermedio y final de cada
episodio, nos referimos a Burbuja y Bingo. En algunos pasajes, alguno de estos
personajes (principalmente Burbuja) interferían en el transcurso de la historia
con el objeto de concretar “La Buena Obra”
del día. Por cada buena acción que Burbuja realizaba, era premiada con una
tarjeta mágica, la cual al reunirlas todas, tendría la oportunidad de
convertirse en una hermosa princesa. Bingo mientras tanto, le acompaña como su
fiel vasallo en cada una de las aventuras que emprendían en cada cuento.
Mientras duró la serie animada, se recrearon 31 cuentos del
autor danés, exhibidos entre el 3 de Enero al 21 de Diciembre de 1971 en Japón.
Entre estas historias se destacaron las del Patito Feo, Thumbelina, El Caballo
Salvaje de Elen, La Sirenita,
La Doncella
de Hielo, La Reina
de las Nieves, Los Zapatos Rojos, finalizando la serie con La Niña de los Fósforos. Esta serie
fue licenciada para Latinoamérica a través de Cadicy Internacional y doblada en Los Ángeles. Hoy ese registro que
alguna vez pasó por las televisoras de nuestro continente yace en el más
completo misterio, producto que no existe registro sonoro alguno a través de
Internet. Solamente se sabe que la voz quien representó a “Burbuja”, -según
registro de la Wiki
de Doblaje- fue Marcela Bordes (“Conan” en “Detective Conan” y “Anaís” en “Las
Guerreras Mágicas”) y que tuvo entre otros actores de doblaje a nuestro
conocido Jesús Barrero, en un trabajo que por lo menos data de hace mas de 30
años de haberse realizado.
Una Sirenita Inspiradora.
Uno de los cuentos que mas ha
llamado la atención en el mundo de las producciones animadas ha sido el de “La
Sirenita”. Una historia de amor que fue capaz de unir a
dos mundos distintos (El de los humanos y el de las criaturas mágicas) en torno
las aguas de los mares. Si bien, una de las versiones más conocidas ha sido la
producida por Disney en 1989, esta
no se ajustó al cien por ciento de la historia narrada por Andersen. La
realidad nos confirmó que la historia no tiene un final feliz, tal como se
mostró en ese momento.
Pero, vayamos al grano del
asunto, enfocándonos en como esta historia fue representada a través del animé.
Y esto nos lleva a una curiosa historia inspirada en este cuento, esa que nos
habla de una bella adolescente que busca insertarse en el Japón de la naciente
década de los setenta.
“Mako, la Sirena Enamorada”,
fue un animé producido por Toei Animation
en 1970, tomando varios aspectos de la obra de Andersen. Una sirena que vive
feliz en el fondo del océano con su familia (Mako) rescata a un joven que
naufraga de un lujoso crucero y de quien se enamora profundamente. Por ese amor
abandona su mundo y recurre a una bruja malévola quien la transforma en un ser
humano. Luego de una compleja transformación, despierta al borde de una playa
donde es encontrada por un anciano y unos gemelos. Desde ese momento inicia una
vida nueva como adolescente en el Japón de los años setenta, en búsqueda de esa
persona a quien salvo y de quien se enamoró.
Sin dudas, esta historia de 48
cautivantes episodios es una de las mas recordadas por los fans del género,
pero mas específicamente, por aquellos que disfrutaron durante la década de los
ochenta de este tipo de animaciones. Por fortuna de los seguidores (y al
contrario de los que sucedió con Andersen Monogatari) se ha logrado rescatar el
doblaje original de la serie mediante la digitalización en la versión realizada a fines de los setenta por el Instituto Cubano de Artes e
Industria Cinematográficos (ICAIC).
Sin embargo, esta no fue la única
historia que hizo eco del legendario cuento danés. En 1975, Toei Animation
nuevamente hace uso de este cuento, esta vez para crear un filme animado de 90
minutos, y cien por ciento ajustado al cuento. Fue así como nació “La Princesa Sirena” (Anderusen
Douwa Ningyohime), una película que
reúne todos los elementos propios de la narrativa de Andersen, y que a la vez
exhibe el paisaje en el cual supuestamente se inspiró el para dar vida a la
obra. Es por ello que se exhibe al principio de esta cinta una filmación de los
paisajes que rodean a Dinamarca, el país natal del escritor.
Pero, esto no llega hasta acá, y para ello podemos remontarnos al año
1991 para hacer recuerdo de una gran serie. Nos referimos a “Las Aventuras de la Pequeña Sirenita” (Ningyo Hime Marina no Bôken) una serie coproducida por Telescreen y Fuji TV, y licenciada en Latinoamérica por Saban Entertaiment Inc.
En esta serie de
26 episodios se puede ver una historia mas larga y continua, con pasajes a
veces humorísticos y en otros bastante dramáticos. Marina, la protagonista,
conoce a un príncipe de nombre Julián, con quien comparten una serie de
aventuras junto a Winnie y Ridley. Aquí vemos a Marina transformarse en ser
humano de modo constante a través de una pócima preparada por la malvada bruja
Helga, quien junto a su secuaz Bruno, un tiburón martillo, buscarán hacer la
vida imposible a la joven pareja.
Una visión final de la obra del Escritor
Si bien hemos abarcado solo una pequeña
muestra de la obra de Hans Christian Andersen llevada a la animación, aun
quedan muchas cosas que analizar de su obra, principalmente de los símbolos que
hace uso en su narrativa.
En varios de los cuentos del
escritor se pueden visualizar símbolos propios de la vida del norte de Europa tales
como la nieve y los mares nórdicos, fuente de inspiración de un sin fin de historias
tradicionales de países como Suecia, Noruega, Finlandia o la misma Dinamarca. En
estos sitios conviven historias de duendes o elfos y otra clase de símbolos propios
de la mitología del lado norte de Europa.
A veces se pueden vislumbrar historias
algo oscuras, ejemplo representado en “La Reina de las Nieves”; en otras explorando el lado
cómico como “El Traje Nuevo del Emperador” y por ultimo, finales bastante
tristes, como lo fue el de “La Niña de los Fósforos”. Al fin
y al cabo, de Hans Christian Andersen hemos aprendido a no esperar siempre
historias “clichés” de algunos cuentos de hadas, u otra versión en donde nos
ofrecen un final alternativo propio de las historias de Disney. La cosa es
adaptarnos y aprender siempre de las moralejas que nos entrega cada cuento que
alguna vez leimos o nos contaron por la noche antes de dormir.
Y tu: ¿Recuerdas alguna otra
historia animada del mismo autor? Nos vemos en otra ocasión.