[Eriol T. Harlaown] Glitter Force: El día en que Saban y Toei se quedaron en el pasado
Por
Roque A. Espinoza Bravo
el
15.10.15
“La oportunidad: una ocasión favorable para idear una decepción.” Ambroce Bierce
Cuando nada se podía esperar de
alguna novedad de parte de alguna distribuidora, cuando todas las novedades que
llegaban desde Japón solo eran informaciones de remakes, el pasado día 22 de septiembre esta misma web lanzó una
noticia que en menos de dos semanas revolvió todo el espectro informativo
respecto a todo lo relacionado con animación. Saban Capital Group Inc. adquiría los derechos de la novena serie
de la cronología de Pretty Cure, Smile Precure bajo el título “Glitter Force”.
Pero en lugar de generar
sentimientos de alegría por esta adquisición, la sola presencia del nombre de
la licenciataria compradora generó todo tipo de tormentas ante los posibles
cortes que pudieran hacer presente en la serie. Y no es lo de menos,
antecedentes sobran, pero solo basta mencionar la frase “Digimon Fusión” para hacer presente el mal recuerdo.
Según se detalla en la nota, esta
versión constará de 40 episodios en lugar de los 48 exhibidos a través del
canal japonés TV Asahi. Algo que
permite abrir una gran gama de críticas originadas simplemente en la búsqueda
de una “clara explicación” al recorte de episodios de una serie que en
apariencia se ve como un shoujo
exento de elementos que podrían resultar polémicos, como violencia u otras
cosas de índole sexual que ameriten una censura basada en tijeras o
reanimación. Sin embargo, se opta simplemente por eliminar inexplicablemente
estos episodios.
Se que mucho se ha hablado en
pasado respecto al tema de las censuras en las animaciones y que esta noticia
vuelve a reflotar todos los casos vistos y analizados anteriormente por esta
misma web por quien les escribe. Pero hay un punto que no me puede dejar
indiferente: Saban, nuevamente
actuando como un villano. No como un símbolo de maldad, sino como un individuo
terco de su glorioso pasado marcado por emblemáticas producciones de la década
de los ochenta.
La historia nos dice que Saban Entertaiment es una productora
Americana-Israelí nacida en 1983 de la mano de Haim Saban y Shuki Levi. Con la
experiencia adquirida en distribuidoras como ZIV International Inc, se embarcaron en medio de un ambiente marcado
por el new wave de los ochenta para abrir
su propio negocio y adquirir licencias para los Estados Unidos y tomar formatos
provenientes del país del sol naciente, todas de las cuales me ha tocado ver
tanto a fines de esa década como a principio de los noventa, claro está, desde
la ingenuidad de un niño de 7 u 8 años de edad.
Todo ese ambiente marcado por una
televisión que realmente valoraba la inocencia y la entretención de a poco se
fue dejando de lado para dar paso a nuevos formatos digitales de donde hoy en
día no solo se puede ver lo que quiera o a la hora que quiera, sinó también
conocer el gran secreto de las distribuidoras de las décadas pasadas: Los
formatos originales de Japón, con todos los detalles omitidos ya sea
principalmente porque los medios de entretenimiento no estaban listos para
escenas que obedecían a algo políticamente incorrecto, o porque buscaban no
querer involucrarse en problemas con regímenes ultraconservadores que reinaron
principalmente en mi país durante la década de los ochenta e incluso en una
parte de los noventa. Si hacemos uso de ese razonamiento, tal vez muchas de las
animaciones que conocí ni siquiera se habrían atrevido a asomar por la pequeña
pantalla, quizás con la excepción de Cobra,
la cual fue puesta al aire por un error de los programadores del canal público
TVN.
Ese es el escenario al cual
muchos nos enfrentamos hasta la segunda mitad de los noventa, en donde esa
inocencia se rompía con animaciones de la talla de Saint Seiya, Ranma ½ o Ghost Sweeper Mikami, animaciones que
desde luego llegaron a romper con el esquema de lo inocente visto
anteriormente. Desde luego, no es coincidencia que la época en donde Cloverway traía el material puro desde
oriente a las pantallas de los canales (claro está con la pasada por los
estudios de doblaje) haya sido la de menor auge de parte de algunas
distribuidoras que vieron frustrados sus intentos de “americanizar” algunas de
las más exitosas franquicias de animación de oriente o en otros casos, traer series
de menor éxito en Japón y comercializarlas a través de algunos canales de televisión
por cable.
Hoy ese pasado de miel ha
desaparecido. Distribuidoras cada vez más reacias tanto a adquirir como a
comercializar franquicias, otras que juegan dependiendo de una sola [aló Toei] y otras que optan por difundir
las pocas series que llegan a un espacio limitado a través de los medios de streaming que han ganado terreno como
una gran fuente de contenidos a una televisión que envejece a una tasa marginal
creciente con cada año que pasa. Y el caso de Glitter Force, representa todo lo que se resume en este párrafo.
Desde su adquisición, ha
recorrido todo un camino express para
su llegada a Netflix: Un proceso tan
veloz como peligroso por los resultados finales que se pueden esperar de una
franquicia de un género igualmente popular en Japón como lo es el “Mahou Shoujo” y con un trabajo de
doblaje “a toda máquina”. Desde luego, los resultados que se esperan de este
proceso pueden terminar no siendo los más satisfactorios, lo que nos hace
esperar de esto una antítesis de lo visto en series como Sailor Moon o Card Captor
Sakura. Desde luego, ese trabajo balístico es lo que hace que tengamos cada
vez menos esperanzas en ver un producto que pase con el test de calidad que si
consiguieron lograr con creces las dos mencionadas series anteriores, tanto que
lograron sentar precedente como alcanzar la inmortalidad con una fanaticada que
las sigue hasta el día de hoy.
Pero no solamente Saban es el
responsable de que esta franquicia amenace con terminar en un mamarracho de
proporciones. Toei Animation
International, esa distribuidora que pensando que haciendo de lado
Cloverway haría cada vez mejores negocios en el continente, ha ido de una en
otra chambonada desde que en 2006 distribuyó “4 Piece”. Esa parodia de 4 Kids a una de las franquicias doradas
de la productora del gato con botas y que terminó tanto en la discontinuidad
como en el rencor de los seguidores del pirata más querido por el mundo de la
animación.
Y la responsabilidad de Toei no
es poca para este grupo de cinco chicas mágicas: Hace 5 años atrás cometió uno
de los peores errores de logística nunca antes visto por parte de alguna
distribuidora al entregarle la tarea a Televisa
de realizar todo el trabajo detrás de la primera temporada de Pretty Cure, la que terminó con la
serie siendo emitida en el trasnoche de uno de los canales del grupo (Galavisión) con la emisión de solo la
mitad de la temporada doblada y puesta en el peor de los abandonos. Desde
luego, no estamos considerando la serie de postergaciones que tuvo la serie que
iba a ser emitida originalmente por el Canal
5 de México.
…y en el resto de Latinoamérica?
Bien Gracias.
…y el resto de los episodios?
Gracias nuevamente.
…y la segunda temporada? Bueno, conformémonos
con verla en idioma español ibérico.
Para este caso, Toei terminó
actuando como un auténtico Poncio Pilatos: Se terminó lavando las manos de esa
responsabilidad asumida por Saban.
Con toda esta suma de nefasteces
propia de la mediocridad de una compañía que asegura ser de las más importantes
en animación del mundo no hay chances de nuevas esperanzas, salvo en algunas
pocas franquicias que solo mantienen a flote a la compañía del gato solo por su
prestigio a nivel mundial. Para las otras nuevas no demuestra el más mínimo
interés o esfuerzo en entregar como resultado un producto que sea valorable
comercialmente, sino solo vean el ejemplo de Toriko. Y aquí, “Precure”, como también se le conoce, nuevamente es
víctima de ese desinterés que no hace más que cuestionar el profesionalismo de
esta empresa que decepciona con cada año que pasa.
Sin embargo, hay otros que también
han demostrado que el tiempo y el orgullo aún continúan siendo cualidades latentes
en cada uno. Ni Saban, ni Levy han evolucionado desde esa época ya contada acá,
y es que para ellos la era de los Samurai Pizza Cats o Las Aventuras de la
Pequeña Sirenita aún continua transcurriendo. En definitiva, lo que se espera
que estrene Netflix en diciembre no va a ser una de las series de la franquicia
“Precure”, sino otra cosa que busca ser forzadamente distinta: Glitter Force,
una serie que cuenta la historia de “cinco chicas preadolescentes que
formarán un legendario escuadrón de superheroínas y deberán defender la tierra
de malvados villanos de cuentos de hadas”, como lo menciona uno de los managers de la compañía.
Nos vemos en otra ocasión.